Los sueños: esas ilusiones que lo son
porque las vemos factibles, alcanzables y nos motivan, nos dan la fuerza que
necesitamos. Estamos mejor, somos más felices y somos mejores personas cuando
perseguimos un sueño.
Soñamos con ser más felices y para conseguir
esa ansiada felicidad, soñamos con que conseguimos realizar proyectos
ambiciosos que nos hagan la vida mejor y más agradable.
Perseguir un sueño, no solo nos motiva. También nos obliga a vencer obstáculos e inconvenientes, muchas veces tan grandes a nuestros ojos, que jamás hubiésemos imaginado conseguirlo si no existiese la motivación de un sueño. Además, hace que crezca la confianza en nosotros mismos y nuestra autoestima, ya que tomamos conciencia cuando nos vemos resolviendo esos grandes problemas. Hasta nos sorprende nuestra capacidad.
Al encontrarnos un problema que nos cuesta resolver, aparecen sentimientos de fracaso, de incapacidad, de soledad. Son espejismos. Son sentimientos cuyo poder magnificamos a nuestra voluntad para justificar un abandono o no enfrentarnos a algo que consideramos incómodo. A veces, basta con pedir ayuda a alguien (que no sea un "matasueños"), para ver la mejor manera de resolverlo. En mi archivo mental, tengo una frase que me ayuda en estos trances, porque por experiencia se cumple cada vez: "Cuando estás a punto de abandonar, es precisamente cuando estás a punto de conseguirlo".
Después de leer estas líneas, podemos
deducir que un sueño, o una ilusión (a mi juicio son conceptos equivalentes)
son de gran importancia en nuestras vidas, porque del cómo los gestionemos
dependerá nuestro aprendizaje, nuestra experiencia y nuestra felicidad.
Dicho esto, podemos pensar, que si tan
importante son los sueños para nosotros y para nuestra felicidad, la gente que
"se supone que nos quiere", nos apoyará y ayudará a conseguirlos.
Nada más lejos de la realidad, porque escondidos dentro de algunas de esas
personas, están los matasueños. Los matasueños son personas que "se
supone" que nos quieren y que intentan "matar" nuestro sueño,
porque entienden (a su parecer) que si buscamos ese sueño o incluso si
conseguimos alcanzarlo puede ser perjudicial para nosotros, o que simplemente
no nos va a aportar nada bueno.
En general, solemos creer en lo que nos dicen los matasueños, porque solemos
confiar en que lo que nos dice una persona "que nos quiere", y nos
hace dudar a la hora de decidir si perseguimos un sueño o renunciamos a él. En
muchas ocasiones, renunciamos por la opinión y juicio de los demás.
Cuando hablamos de un sueño o de una ilusión, nos vienen a la cabeza grandes proyectos como emprender un largo viaje, estudiar una carrera compleja, desarrollar un invento, comprar una casa, un coche, una moto... Evidentemente lo son, pero hay otros sueños de aparentemente menos envergadura que también lo son, y que los tenemos de manera cotidiana: Ir a ver el cine, un ansiado partido de futbol, un paseo por el campo, una tarde en la playa, comer en un determinado restaurante. Me gustaría poner de ejemplo, lo que nos diría un "matasueños" disfrazado de padres, pareja o amigo (alguien influyente para nosotros):
Ejemplo 1: Sueño: Me gustaría ir al cine. Respuesta del matasueños: ¿Tan tarde? no creo que llegues a tiempo, porque entre que llegas, coges la entrada, etc te perderás el principio, y si te pierdes el principio ya no es lo mismo. No he visto esa película, pero no sé qué me dá que es un rollo tremendo y dura más de 2 horas... bueno, además del precio... tu sabrás si te merece la pena.
Ejemplo 2: Sueño: Voy a ver el partido de mi equipo favorito. Viene el campeón: Respuesta del matasueños: Estará el campo lleno a reventar a ver dónde te toca sentarte, seguramente arriba del todo (si tienes suerte) y verás a los jugadores como aceitunas; ya te costará encontrar sitio para aparcar. Me han dicho que las entradas son carísimas. Cuidado con los carteristas, ya puedes estar bien atento para que no te roben, ojo porque eres muy despistado.
Ejemplo 3: Me gustaría estudiar música. Respuesta del matasueños: Eso no sirve más que para tocar en fiestas con los amigos. Nadie se gana la vida con eso. ¿Quieres estar toda tu vida tocando por los pueblos y ganando poco dinero?: Mejor estudia medicina o derecho que se gana más y está mejor visto. No te conviertas en un "donnadie".
Ejemplo 4: He decidido comprarme una moto. Respuesta del matasueños: Estás loco. Te vas a matar. Ni se te ocurra. Piensa en tu familia... etc...etc.
Ejemplo 5: He comprado unas flores y unos adornos para la mesa. Mira que bonitos son. Respuesta del matasueños: Vaya chorradas en las que te gastas el dinero, mejor haber comprado ternera en vez de cerdo para comer hoy y no tanta tontería. Además, se nota que son de plástico.
Seguro que os vienen a la cabeza infinidad de ejemplos más. Lo que os quiero transmitir con estas palabras, es que los sueños son muy importantes en nuestra vida y en nuestro desarrollo personal, quizás mucho más de lo que nos parece. Que no debemos dejar que los matasueños puedan con nosotros, y que por supuesto, nosotros nunca debemos actuar como matasueños, ya que podemos influir en decisiones importantes de otros, condicionando su futuro
Los matasueños suelen ser envidiosos o
celosos, y son tan presuntuosos y prepotentes que se creen capaces de predecir
si el camino que va a llevar una determinada persona en la búsqueda de su sueño
es lo mejor o lo peor para ella.
Generalmente son gente sin entusiasmo, infelices
que se dedican a observar la vida de otros porque hasta la suya propia carece
de interés hasta para ellos mismos.
En resumen y en definitiva, mi consejo es:
Persigue tus sueños. Disfruta, juega y diviértete haciéndolo... y por supuesto huye de los matasueños. Que no te afecten sus palabras, porque ten por seguro
que ellos no tienen ni la más mínima idea de lo que tú eres capaz de hacer para alcanzarlos.
Fdo.: Juan Beorlegui.